Acuarela, 24×33 cm
Esta casa verde ubicada en lo alto de una colina en el Valle de Trápaga, se funde con el paisaje verde de laderas ondulantes, en una cautivadora atmósfera invernal. Pintar árboles en invierno es un dolor de cabeza; nunca debes pintar todas las ramas que hay en el árbol, (sería una locura), pero hay que pintar las suficientes para hacer el árbol creíble. Nunca sé muy bien cuándo parar. Siempre es más fácil pintarlas en verano, cuando están frondosos y no hay que pintar tantas ramas, pero el resultado también es más aburrido y monótono. Y luego está el tema de los «verdes», otro gran desafío en la acuarela.
A la ladera distante del fondo a la izquierda se le ha aplicado una perspectiva aérea o perspectiva atmosférica, mayor que la que presenta la imagen original, para aumentar la sensación de lejanía y dar profundidad al tema. La perspectiva atmosférica es un método que produce una sensación de profundidad en una pintura, al imitar el efecto de espacio que hace que los objetos se vean más pálidos, azules y nebulosos o menos distinguibles a distancia media y lejana.